domingo, 20 de diciembre de 2015

BOQUITAS PINTADAS

Alumnas: Calizaya, Ada Ruth - Sandoval, Gisela - Vaca, Cecilia

Introducción

En el presente trabajo analizaremos la novela Boquitas Pintadas de Manuel Puig, que describe
la sociedad del siglo XX, plasmado en el papel de la mujer como principal protagonista. La
novela se desarrolla en un pueblo de la provincia de Buenos Aires entre los años 1934 y 1947.
Una novela de líneas puras que no solo marca una nueva forma de relato, sino que se
presenta como espectáculo ante un público que descubrirá una realidad visualizada en cada
uno de los personajes de Boquitas Pitadas. Se realizara un breve recorrido por la vida del Autor
y nos centraremos en un análisis minucioso de la obra.

Manuel Puig nació en General Villegas, provincia de Buenos Aires, el 28 de diciembre de 1932.
En este pueblo transcurrieron los primeros años de infancia. Sus dos primeras novelas La
traición de Rita Hayworth (1968) y Boquitas Pintadas (1969), reproducen la vida pueblerina, los
hábitos y costumbres y hasta la forma de hablar y pensar de sus habitantes (la humillación de
las mujeres, la fuerza del macho). Puig prefería ir al cine, donde eran premiados la bondad, el
sacrificio y la humildad. Amaba las películas de la época de oro de Hollywood, con sus
sofisticadas rubias o pelirrojas, cubiertas de pieles y joyas, sus decorados fastuosos. Soñaba
con convertirse en cineasta.

En una de sus primeras mudanzas, sus padres lo internaron en el Colegio Ward de Ramos
Mejía, una prestigiosa escuela donde aprendió inglés a la perfección. Manuel era un chico
despierto y valía la pena el sacrificio que significaba ese traslado para una familia de clase
media como la suya. Su madre, María Elena, que lo adoraba y lo acompañó hasta su muerte,
sufrió mucho con esta obligada separación. Era una mujer muy instruida, cosa poco común en
esa época, y presintió que la chatura, la monotonía y la ausencia de los estímulos culturales de
General Villegas acabarían por opacar a su talentoso hijo. El padre, Baldomero, respondía
adecuadamente al patrón machista descripto por el escritor en sus obras.

En 1950, inicia sus estudios universitarios. Primero arquitectura, luego Letras. Después de
cumplir con el servicio militar, decide ir a estudiar cine a Roma. Estudia italiano y consigue una
beca para el Centro Sperimentale di Cinematografia. Una nueva frustración. En Italia, imperaba
un cine despojado y expresivo, cargado de contenidos ideológicos, totalmente distinto a sus
amadas películas norteamericanas. Se instala en París y luego en Londres, donde escribe un
guión en inglés. En 1960 vuelve a nuestro país, y se desempeña como Asistente de dirección. A
mediados de la década del 60 se muda a Estados Unidos y termina de darle forma a lo que será
su primera novela: La traición de Rita Hayworth. En la Argentina, la primera edición no tiene
mucho éxito. Mientras tanto, Puig se dedica a la producción de su segunda novela, Boquitas pintadas, que se convierte en un best seller, utilizando como base el folletín, o novela por entregas, propio del mundo femenino.

A principios de la década del 70, Torres Nilson convierte en realidad el sueño de Puig: Boquitas
pintadas se puede ver en el cine. En 1973, el gobierno prohíbe oficialmente su tercera novela
(The Buenos Aires Affair); Puig es amenazado telefónicamente y acorralado económicamente,
por lo que el escritor vive en el exilio por un período de ocho años.

Primero, estuvo en México, donde escribió El beso de la Mujer Araña (que tuvo adaptación
cinematográfica, operística, teatral y de comedia musical). También su siguiente novela, Pubis
Angelical, es llevada al cine, esta vez, por Raúl de la Torre.

Su segunda residencia fue fijada en Nueva York y, de allí, se mudó a Río de Janeiro. Sus
siguientes novelas (Maldición eterna a quien lea estas páginas, Sangre de amor correspondido
y Cae la noche tropical) no recibieron buenas críticas en nuestro país, que comenzaba a
olvidarlo.

En Cuernavaca, México, pasa sus últimos años, acompañado por su madre y sus amigos. En
julio de 1990, muere en Cuernavaca, después de una operación de vesícula. Su cuerpo fue
cremado y sus cenizas descansan en la casa de su madre, en Buenos Aires.

Argumento de la novela:

La novela cuenta la historia de Juan Carlos Etchepare, vinculado, fundamentalmente, con tres
mujeres: Nenè, una humilde muchacha que está realmente enamorada de él; Mabel, una chica
bien que es tan infiel como lo es Juan Carlos y la viuda Di Carlo, mal vista por los rumores de
que no respeta su viudez. Al mismo tiempo, se entrelazan las historias de la hermana de Juan
Carlos, Celina (una soltera empedernida), Pancho y la Rabadilla, entre otros. Cuando Juan
Carlos debe internarse en Córdoba porque ha contraído tuberculosis, comienza una formidable
exposición de las relaciones humanas y el valor de los lazos efectivos establecidos por el deseo.
Toda la novela está contada a través de diálogos directos, cartas, diarios íntimos, expedientes

y publicaciones, habiendo un mínimo de narración convencional.

Estructura de la novela: 

La novela está compuesta por dieciséis capítulos, cada episodio esta precedido por versos de
canciones populares, en su mayoría tangos de Alfredo Le Pera. Dividida en dos partes:
“Boquitas pintadas de rojo carmesí “ y “Boquitas azules, violáceas, negras”.

Tipo de Novela:

Boquitas Pintadas esta calificada como una novela rosa, más conocida como novela romántica,
aunque resulte útil el término “rosa” para distinguirla de la novela romántica perteneciente al
periodo del Romanticismo. Se trata de un género literario narrativo occidental, la RAE la define
como una variedad de relato novelesco, cultivado en época moderna, con personajes y
ambientes muy convencionales, en el cual se narran las disimilitudes de dos enamorados, cuyo
amor triunfa frente a las adversidades. Así mismo los personajes viven un profundo romance,
luego el desengaño y por último, la muerte de uno o varios personajes importantes, en el
desarrollo de la novela rosa. Igualmente se describen minuciosamente todas las escenas, y la
pérdida de algunos detalles, puede hacer que el lector no encuentre sentido a la historia
relatada. Estos detalles sirven para anticiparnos, en parte, al final de la historia o a ciertos
episodios importantes. Algunos personajes no son nombrados, sino que podemos saber
quiénes son, prestando atención a descripciones, que son similares a las anteriores
correspondientes a la característica de la novela rosa.

Del mismo modo se otorga gran importancia a la religión Católica. La mayoría de las acciones
desempeñadas por los personajes, tienden a relacionarse (directa o indirectamente) con la
Iglesia.

Esta historia además está marcada por los encubrimientos, mentiras, ocultamientos y engaños
entre los personajes: Nené oculta a Juan Carlos, su relación con el Dr. Aschero, Juan Carlos
engaña a todas las mujeres, Celina escribe las cartas, haciéndose pasar por su madre, Mabel
engañaba a su novio con Juan Carlos, Pancho se metía en el cuarto de Mabel por las noches,
para que nadie se enterara, etc.

La muerte es el elemento que nos marca el comienzo y el final de la historia: al comienzo, la
muerte de Juan Carlos; al final, la muerte de Nené.

Debemos demarcar que la obra se considera como un melodrama que es una obra literaria,
teatral o cinematográfica destinada al gran público, que presenta sucesos dramáticos o
violentos para exaltar los sentimientos, a menudo de modo exagerado y una escasa

elaboración psicológica y artística.

Personajes: 

Los personajes de Boquitas Pintadas están moldeadas por los estereotipos de la Novela Rosa:
la buena, la mala, el amante guapo, el marido bueno, etc.

-Nené: Nélida Enriqueta Fernández. Pertenece a una familia humilde, no muy adinerada. Era
rubia, de piel muy clara. Estaba enamorada verdaderamente de Juan Carlos. A pesar del paso
del tiempo, ella siguió enamorada de él. No estaba interesada en sus pertenencias. Estaba
peleada con Celina, por un problema en el Club Social. Trata de buscar a la culpable de la
enfermedad de Juan Carlos, sin darse cuenta que el único culpable de la enfermedad, era él
mismo.

-Juan Carlos: Juan Carlos Jacinto Eusebio Etchepare. Pertenece a una familia que poseía un
buen pasar. Tenía el pelo castaño claro y ojos marrones. Era muy mujeriego, le gustaba el
juego y el alcohol, y era malo para los negocios. No se enamoraba de las mujeres, sólo las
seducía y jugaba con ellas hasta obtener lo que quería, y luego las dejaba. Salía con muchas
mujeres a la vez, pero las hacía sentir únicas. Mientras estaba con Nené, también salía con
Mabel. Le gustaba degradar a las mujeres. Tenía tuberculosis, que le producía severos ataques
de tos con sangre.

-Mabel: María Mabel Sáenz. Pertenece a una familia adinerada de Coronel Vallejos. Era
morocha, pero poseía buenos modales. Era maestra de grado. Salió un tiempo con Juan Carlos,
pero se distanciaron cuando su padre la obligó por la enfermedad del muchacho.

-Pancho: Francisco Catalino Páez. El mejor amigo de Juan Carlos. Pertenece a la clase baja; vive
en un rancho. Es un mestizo: pelo oscuro y rizado, musculoso, ojos oscuros. Primero
pertenecía a la construcción, pero después estudió para suboficial en la Policía. Tenía un hijo
(no reconocido ante las autoridades) con la Rabadilla.

-Rabadilla: Antonia Josefa Ramírez. También llamada Raba. Es sirvienta de diferentes familias
adineradas de Vallejos. Era compañera en la escuela de Nené, Mabel y Celina. Tiene un hijo
con Pancho, al que asesina al descubrir que se encontraba con Mabel.

-Celina: Es la hermana de Juan Carlos. Le tenía odio a Nené, y la culpaba de su enfermedad.
Quería que su hermano saliera con Mabel, ya que era una persona con mucho dinero y
ascenderían en la sociedad. Es una persona muy mentirosa y con mucha maldad.

-La viuda: Elsa Di Carlo. Era viuda y tenía una hija. Se decía que Juan Carlos la iba a visitar a
menudo.

-Dr. Aschero: Para él trabajo Nené como enfermera. A pesar de estar casado y tener dos hijos,
se aprovechaba de ella.

El relator de la novela:

Hablamos de relator y no de narrador ya que la historia se presenta en forma cronológica

desordenada. No hay sólo una forma de relator, sino que se hace de maneras muy diferente:

   Cartas, actas, recortes de diarios: No hay un narrador que nos cuente la historia, sino
      que leemos los trozos de papeles recolectados. Vemos lo que ya pasó; no estamos
      presentes durante el desarrollo de la acción. Por ejemplo: las cartas de Nenè a Doña
      Leonor; las cartas de Celina al marido de Nenè (Dr. Massa); las cartas de Juan Carlos a
      Nenè; las actas de defunción de Juan Carlos Etchepare y Nenè; el recorte de diario del
      asesinato de Francisco Páez; etc.

   Tercera persona: una persona que no pertenece a la historia, nos la cuenta. Ejemplo:
      en la decimoquinta entrega, en la que el narrador nos cuenta cuando Mabel va a
      visitar a Nené.

   Narrador ausente: El narrador parece que no está. Ejemplo: en el pensamiento de cada
      uno de los personajes. Se cuenta tal cual el pensamiento de la persona. Es en el
      momento que la acción está sucediendo. Porque leemos las cartas enviadas y no un
      relato de ellas o de la acción.

   Diálogos: los propios personajes nos hacen descubrir una parte de la historia, es decir
      que vamos junto con ellos.

La no existencia de voz de autor “real” corresponde a la no existencia de “historia real” (no hay
acontecimientos históricos); la cronología es simplemente cronograma de un desarrollo
interno; el autor y la historia se definen como ausencias, como esas ausencias que,
justamente, son los “silencios significativos”. Hay relatores, no autor; hay cronograma, no
historia; hay permanencia absoluta (las voces y los juicios son los que corresponden a la misma
cultura e ideología de los personajes), pero esa permanencia es, al mismo lempo,
absolutamente distanciada: la combinación de modos directos e indirectos de relatar es una
combinación de inmanencia y distancia; la historia se relata y juzga a sí misma pero también se
distancia y se ofrece como espectáculo para los lectores.

Tiempo plasmado en la novela:

La historia abarca los siguientes años y meses: 1935 (marzo, abril, julio, septiembre), 1936

(abril, junio, septiembre), 1937 (abril, junio, julio, agosto, septiembre), 1938 (enero, noviembre), 1939 (abril, mayo, junio), 1941 (abril), 1947 (abril, mayo, junio, julio, agosto,
septiembre, octubre),1968 (septiembre). Sus límites extremos son marzo de 1935 por un lado
y septiembre de 1968 por otro; hay tres saltos: entre 1939 y 1941, entre 1941 y 1947, y entre
1947 y 1968.

Hemos notado la preferencia por los meses que van desde abril a septiembre; el énfasis en el
frío, para iniciar o terminar relaciones, empresas y vidas: Juan Carlos muere en abril, Nené en
septiembre; Juan Carlos inicia sus relaciones sexuales con Mabel en septiembre (la segunda
vez en abril); con Nené comienza su noviazgo en septiembre; Mabel y Pancho se relacionan en
abril; en septiembre concluye el intercambio de cartas entre Nené y Celina. Los dos únicos
meses de verano que constan en la historia consignan los momentos más agudos de
separación o disgregación del grupo protagonista: en enero de 1938 Nené y Juan Carlos ya no
tienen relaciones, Mabel está en Buenos Aires, Pancho en La Plata y Raba en el hospital. En
noviembre de 1938 Nené está en Buenos Aires en luna de miel, y Mabel ha vuelto a Vallejos.

Los objetos relacionados con las clases sociales: 

Mabel, Nené, Raba, las tres clases sociales de Boquitas pintadas, se acompañan por algún
objeto o clase de objetos reiterados en dos tiempos distintos del relato: las muñecas del
dormitorio de Mabel (1937 – entrega 3 ª ‐ , 1939 –entrega 11ª‐), la lámpara que Mabel regaló
a Nené cuando esta se casó (1938 –entrega 9ª‐, 1939 –entrega 10ª‐, 1968 –entrega 16ª‐), y los
comestibles de Raba (1937 –entrega 5ª‐, 1968 –entrega 16ª‐) , son objetos son atributos de los
personajes femeninos y son dos veces atributos: “vuelven” para decir otra vez su atribución.
En Boquitas pintadas se repite para cambiar, se dice lo mismo para decir lo otro: esos atributos
son pues, por un lado, atributos de permanencia (en tanto se aplican al mismo personaje) pero
por otro son atributos de cambio (se reiteran para indicar que algo ha cambiado, que ese
personaje en relación dos veces con ese mismo objeto es, sin embargo, otro).

Las muñecas de Mabel son vistas en su primera aparición como puros objetos decorativos, en
un dormitorio vacío de personas; en el segundo momento Mabel es, según Pancho, una de
esas muñecas de pelo natural y ojos que se mueven, la de “tamaño natural”; es el único pasaje
del relato en que un “personaje” es una “cosa”. En la primera aparición las muñecas se
relacionaban, por contigüidad, con Cecil y Juan Carlos (el novio manifiesto y el amante oculto
en el dormitorio vacío); en la segunda está Pancho presente: esas réplicas de seres vivos que
solo tienen exterior cosifican a Mabel en su infantilismo (su posible frigidez), su carácter
equívoco e intermedio entre niña frívola y prostituta ; Mabel nunca muestra su interior en el

relato, no hay monólogos interiores ni cartas de ella a otros personajes; Mabel solo se muestra como “anónima”, sin mostrarse (al sacerdote en la confesión, al “correo del corazón” y en un
anónimo al médico). Mabel se vincula, además, con el “exterior”, con el cine norteamericano y
sus actores; sus deseos nunca se expresan como fantasías interiores sino como proyecciones
sobre objetos exteriores, como la película que está viendo.

La lámpara con pantalla de tul de Nené es también un objeto decorativo, y en su segunda
aparición (1939) se ubica en un interior vacío, pero no de personajes como el dormitorio de
Mabel, sino de muebles: la lámpara es el único objeto del living de Nené. Su tercer momento
(este objeto aparece tres veces, confirmando el carácter de “tercera” de Nené, su ubicación
social intermedia) marca la desaparición de su dueña: esta vez se encuentra en un interior
amueblado, pero Nené ha muerto. La lámpara le sobrevive, casi intacta a través de treinta
años, siempre allí, no sujeta, como los personajes, a la destrucción del Tiempo. La lámpara no
es Nené como Mabel era una muñeca; es lo opuesto de Nené, el objeto sin vida, resguardado,
conservado.

Los objetos de Raba son comestibles, siempre abundantes; la primera vez (1937) “decoran “su
dormitorio‐despensa en la casa de Aschero y son comestibles ajenos; la segunda vez (1968)
son propios y Raba los lleva, al aire libre de regalo a su hijo. Los comestibles son otros pero de
la misma clase, son universales (todos comen), perecederos, no como la lámpara de Nené, se
interiorizan, Tienen ellos mismos interior (huevos), se consumen y queman. Son orgánicos y
naturales frente a los inorgánicos y culturales objetos decorativos. Raba es el personaje más
largamente interiorizado de Boquitas pintadas; la reaparición de sus objetos indica un
movimiento de apropiación y de interiorización (de desalienación): esos objetos, antes ajenos
y guardados en su dormitorio, son ahora propios y llevados de regalo al aire libre.

Pero los cadáveres de los hombres también son vistos dos veces , son también objetos de
distintas clases: el de Pancho es un esqueleto, solo queda su interior, está en el Osario, junto a
otros muchos cadáveres; los chicos abren la puerta de madera para observar el interior; las
desapariciones del esqueleto de Pancho consisten en una repetición literal, salvo el estado de
la higuera con la que se lo asocia por contigüidad: la higuera tiene frutos verdes o maduros,
según la época del año; es el objeto natural que sobrevive a Pancho (como la lámpara
sobrevivía a Nené), pero sujeto a los cambios del tiempo: es la naturaleza que sigue viviendo.
El cadáver de Juan Carlos no se ve, solo su tumba, su exterior cubierto de placas eternas; está
solo y se leen las inscripciones decoradas y su nombre. La variación consiste, en su segunda
aparición, en el agregado de una placa más; se lo asocia no con la naturaleza sino con las otras
tumbas, los otros nombres muertos.

Es un objeto exterior vinculado con la cultura. Tener interior, ser muchos (comestibles y
esqueletos), formar parte de la naturaleza, es propio de los objetos y cadáveres de las clases
populares; no tener interior (ocultarlo), ser objetos culturales, réplicas eternas (como las
muñecas y las inscripciones), es propio de los objetos y cadáveres de las otras clases sociales.
En este contexto de objetos y cadáveres, la literatura (las cartas) se coloca voluntariamente del
lado de los que se queman, muestran su interior, se interiorizan y se incorporan, de los
perecederos. Las cartas, letras pero no como las de las placas, objetos culturales pero cuyo
destino final es ser quemados en el incinerador (como debía haber sido quemado el cadáver de
Juan Carlos), pasan así a formar parte, junto con el esqueleto de Pancho y los comestibles de
Raba, de la clase de objetos que sobreviven, los objetos universales de las clases populares.

Transgresiones de los personajes:

Es claro que las mentiras, el ocultamiento, la traición, están distribuidas socialmente en
Boquitas pintadas. Pero es claro también que la categorización social corresponde
directamente a la categorización sexual: las figuras femeninas son las que encarnan más
netamente los tres escalones y sus posibles variantes; los hombres, en cambio, son dos: el
sistema ternario femenino se opone al binario masculino; la estructura ternaria define a cada
una de las clases sociales, la binaria a las relaciones entre las clases. De allí el orden en que se
ubican los personajes en los cortes: Nené, Juan Carlos, Mabel, Pancho, Raba; los hombres
están intercalados entre las mujeres, relacionándolas; cada mujer toca, por así decirlo, al
hombre (o a los hombres en el caso de Mabel) con los que tuvo contacto. Los hombres
establecen los pasajes; no se ubican netamente en su clase social, quieren ascender, “trepar”:
“saltan el tapial” para llegar a Mabel; el tapial es un objeto simbólico (secreto, límite,
transgresión, muerte). La construcción binaria en el caso masculino y la ternaria en el
femenino impone una desigualdad en cuanto a la producción de la significación: las mujeres se
organizan alrededor de un término medio (Nené) que neutraliza o condensa las oposiciones
entre los extremos; los hombres constituyen un caso de “dualismo diametral”
Consiguientemente, las figuras masculinas se definen cada una por su oposición a la otra, y por
la asimetría de sus estructuras: son lindo/fuerte, enfermo/saludable, empleado/obrero.
Ostentan ropas que los destacan (campera de estanciero, uniforme de suboficial) y se
enorgullecen de ellas: esas ropas son también signos de pasajes sociales, de ascensos; los
arrancan de sus clases de origen; los dos hombres mueren. Ropa, transgresión y muerte son
los rasgos distintivos de los hombres; las diferencias derivan de su inserción social y consisten

simplemente en inversiones:

Pancho no descubre las confidencias de Juan Carlos, Juan Carlos revela el secreto que Pancho
le confió (dice al comisario que Pancho es el padre del hijo de Raba); Juan Carlos muere de
muerte lenta, enfermo, Pancho de muerte súbita y violenta; Pancho da dinero y ayuda a su
hijo, ocultamente, Juan Carlos roba dinero y gasta el dinero de la viuda, su madre simbólica.
Juan Carlos y Pancho son simétricos, inversos y complementarios: entre los dos constituyen la
imagen del culpable.

La mentira-verdad en las distintas clases sociales:

El universo de los mentirosos (y de los que ocultan) coincide con el universo de los personajes
de la novela, pero las mentiras –signos que se intercambian‐ tienen distintos destinatarios y
destinos: el dibujo del circuito de cada una de las mentiras conduce a varios tipos de verdad,
según el destinatario de la mentira (y del ocultamiento) llegue a enterarse, como el lector, de
la verdad correspondiente.

Mabel y Juan Carlos ocupan un lugar semejante: mienten a sus familias, novios y amigos.

Mabel solo dice la verdad al sacerdote, oculta en el confesionario; los hechos que esconden
Mabel y Juan Carlos nunca son conocidos por los destinatarios de las mentiras, sino por
Pancho (la relación de Mabel con Juan Carlos), por Raba (la relación de Pancho y Mabel) y por
la viuda (el robo de Juan Carlos). Frente a ellos, las mentiras de Nené son siempre descubiertas
por los destinatarios: Juan Carlos llega a conocer sus relaciones con Aschero, su marido se
entera de su amor por Juan Carlos, de sus sentimientos respecto de él mismo y de sus hijos (a
través de las cartas que envía Celina).

Nené miente en las cartas dirigidas a la madre de Juan Carlos (entregas 1ª y 2ª) pero después
dice la verdad (son las cartas que Celina enviará al marido, entrega 15ª). Nené ocupa, en el
universo de los mentirosos, un lugar absolutamente distinto del de Juan Carlos y Mabel: sus
mentiras son sabidas, sus ocultamientos se descubren, están allí; su interior es tan conocido
por los personajes como por el lector.

Raba miente solo a instancias despersonalizadas (al hospital, a la policía) a la inversa de Mabel,
que solo dice la verdad a una instancia despersonalizada, el sacerdote; todos los personajes
del relato, como el lector, conocen su verdad. Frente a ella, los ocultamientos de Pancho (al
comisario su paternidad y a Raba la ayuda que prestaba a su hijo) llegan a ser conocidos por

los destinatarios.

Mabel y Juan Carlos son los ejecutores de los actos y palabras que deben ser ocultados; los
destinatarios de sus mentiras nunca llegan a conocer la verdad; Raba y Pancho conocen, son
los que comparten la sabiduría que ostenta el lector, el único vidente absoluto; la mentira y la
verdad son hechos francamente sociales, son signos de clase: Raba y Pancho (y lateralmente la
viuda) son la verdad de Mabel y Juan Carlos.

Las ciegas de la novela:

Frente a esta polaridad, Nené y Celina, en el centro del relato (socialmente y en razón de su
correspondencia que lo organiza) son las ciegas: nunca llegarán a saber la verdad de Juan
Carlos y de Mabel. El tema de los ciegos (en boca de Raba, una de las “videntes” del relato, y a
través de diversos tangos: La cieguita, Charlemos y Te lloran mis ojos) es, así, el tema
organizador de la novela; las ciegas son las que se escriben y las que, situadas en el polo
opuesto al del lector, que Nene la verdad, posibilitan el relato; esta es entonces una novela
“reveladora” (se muestra a sí misma como objeto de consumo, como mercancía que circula,
como sustituto de relaciones corporales, y también muestra –revela‐ culturas, ideologías,
comportamientos; exhibe, sobre todo y en todos los niveles, lo que debe ser ocultado). Una
novela reveladora, organizada por la correspondencia entre las ciegas y armada en base a una
mentira: Nené no sabe que Celina es la que recibe sus cartas y la que le responderá. Pero la
verdad no se predica al final, con el cierre; está antes, también en el centro de Boquitas
pintadas, en las cartas de Juan Carlos. En la entrega 7ª Juan Carlos escribe a Nené, el 27 de
julio de 1937 (pág. 103), que su madre “tiene el pulso muy tembleque”. La ciega Nené conocía
la verdad de esa transacción pero la había olvidado, reprimido.

Las dos ciegas, la clase media, sostienen el relato desde sus extremos; en el centro las cartas

de Juan Carlos, la verdad, la literatura (las cartas).

El juicio final: 

No es el de Nené (el de la resurrección de los cuerpos) sino el de la historia. En 1968, cuando
muere Nené, todas las situaciones han cambiado. Solo sobreviven Mabel y Raba; Nené no se
llevará las cartas a la tumba; Raba posee y es feliz, lleva a su hijo comestibles abundantes, su
hija se casará con un tambero; Mabel no posee nada, trabaja todas las horas posibles, porque
su nieto tiene las extremidades izquierdas mutiladas por la parálisis infantil y necesita dinero
para solventar los tratamientos. Esos premios y castigos con que se cierra la historia son de
una ironía incierta; el relato se juzga a sí mismo (así como se narró a sí mismo, con voces

distintas): no hay alguien desde otra situación que condene o premie. Los que en la primera parte de la historia tenían ahora carecen, los que carecían ahora tienen; la virtud (la generosidad de Raba) es premiada, el vicio (la hipocresía de Mabel) es castigado. Esta última característica de la justicia emocional es típica característica de la Novela Rosa.

Conclusión:

En la Novela Boquitas Pintadas nos encontramos con un melodrama de amor y crimen. El
amor, el sacrificio de los amantes, la nobleza, problemas de interés femenino son temas
fundamentales, así como la crítica al estilo de vida de la sociedad argentina. Se habla de lo
prohibido a través del ocultamiento y la simulación, hipocresía y envidia. La novela nos abre
camino hacia un pasado y podría decirse hacia el presente de la realidad de una sociedad de
ocultamientos, de acciones no bien vista por los demás integrantes. Las formas o reglas de
integración a la sociedad nos permiten tener un claro bagaje de las acciones apropiadas, se
juzga a las personas por sus distintas acciones. Se juzga de la misma manera que en el
universo de los mentirosos, no puedes ser más que un arquetipo de la sociedad perfecta pero
hipócrita vista en la novela de Manuel Puig. Cada uno de los personajes forma parte del
universo de las mentiras, a veces piadosas en otras ocasiones simplemente por beneficio
propio. No son perfectos, pero tratan de encajar en una sociedad que les inculca posturas que
no son las adecuadas, aquellos que se hacen ver bien y pulcros son simplemente la parte
hipócrita de la sociedad por ejemplo el personaje de María Mabel Sáez.


Bibliografía.

 Boquitas Pintadas, Manuel Puig 5ª Edición. Buenos Aires: Bookt, 2015
 Wikipedia. Biografía de Manuel Puig.
 http://www.literatura.org “Critica de la Literatura Argentina” de Daniel Capallo.
Buenos Aires 2008.
 http://www.monografias.org Boquitas pintadas de Manuel Puig.
 http://www.literatura.org
 http://todo-argentina.net/

sábado, 19 de diciembre de 2015

LA CIUDAD Y LOS PERROS

Alumnas: Cecilia Vaca - Rosa Lorena Vidaurre


Introducción


En el siguiente trabajo analizaremos la novela “La ciudad y los Perros” del escritor peruano Mario Vargas Llosa, esta obra fue escrita en 1962 y ganó el  Premio Biblioteca Breve y Premio de la Crítica. La novela  se desarrolla en una escuela militar en la ciudad de Lima, Perú, narra la vida de  los jóvenes  que asisten a este colegio que provienen de clase social baja y media, en su mayoría fueron enviados como un castigo impuesto por los padres por problemas de disciplina.

A continuación se realizara un breve recorrido de la vida del autor y nos centraremos en un análisis de la obra.

Mario Vargas Llosa Nació en la ciudad de Arequipa el 28 de marzo de 1936. Sus padres fueron Ernesto Vargas Maldonado y doña Dora Llosa Ureta. Hizo sus estudios primarios en Cochabamba, Bolivia. Sus estudios secundarios los realizó en el Colegio Militar Leoncio Prado y en el colegio nacional San Miguel de Piura. En 1953, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. A los dieciocho años se casó con su tía política, Julia Urquidi. En 1959, viajó becado a España para estudiar doctorado en la Universidad Complutense de Madrid y ese mismo año publicó su libro de cuentos "Los jefes". En 1964 se divorció de su esposa Julia Urquidi. En 1965, viajó a  La Habana y contrajo matrimonio con la señorita Patricia Llosa. En 1967, trabajó como traductor para la UNESCO en Grecia. En 1983, preside la Comisión Investigadora del caso de Uchuraccay para investigar la muerte de ocho periodistas. En marzo de 1993 se nacionalizó español, sin renunciar a la nacionalidad peruana.


Es una novela que se encuadra dentro del movimiento del Boom latinoamericano o, más propiamente dicho, el auge de la narrativa hispanoamericana fue un fenómeno literario y editorial que surgió entre los años 1960 y 1970, cuando el trabajo de un grupo de escritores relativamente jóvenes de Hispanoamérica fue ampliamente distribuido por todo el mundo.

Los autores más representativos del Boom son Gabriel García Márquez, de Colombia; Mario Vargas Llosa, del Perú; Julio Cortázar, de Argentina; y Carlos Fuentes, de México. Estos escritores desafiaron y superaron los convencionalismos establecidos en la literatura de sus países a través de obras experimentales, de afán totalizador, además de un marcado carácter político, debido a la situación general de América Latina en aquellos años.


El primer título que tanteó el escritor para su novela fue La morada del héroe, que cambió luego por Los impostores, aunque sin quedar satisfecho. Estando en Lima se encontró con su amigo, el crítico peruano José Miguel Oviedo, a quien consultó sobre esta disyuntiva. Oviedo, que ya había leído la obra con un grupo reducido de amigos, sugirió el nombre de La ciudad y las nieblas, por alusión a la niebla que siempre cubre la zona costera donde se halla el colegio militar como se ejemplifica en la siguiente cita: “... avanzan entre las neblinas cada vez más espesa, hacia las cuadras invisibles…”(Vargas Llosa, “La ciudad y los perros”,2007, cap I, Pág.32 )“ y que es aludida frecuentemente en la novela. Como no convencía a Mario, entonces Oviedo se sacó de la manga otro nombre, La ciudad y los perros, por alusión a los “perros” o cadetes de tercer año, personajes de la novela. Mario, entusiasmado, exclamó entonces: «Ese es el título», y así fue como quedó bautizada la primera novela del escritor.


Argumento


La historia se desarrolla en el Colegio Militar Leoncio Prado de Lima, Perú. Leoncio Prado fue un jefe militar que fue fusilado por el ejército de Chile durante  la Guerra del Pacífico (1879). La estatua de este  militar se encuentra en el patio del colegio. Muchos padres de familia en Lima envían a sus hijos  a este colegio para que aprendan la disciplina militar y se conviertan en hombres de bien. A los nuevos estudiantes los llamaban perros y el resto de los estudiantes, juntos a los profesores y autoridades militares del colegio, forman un microscomos independiente del resto de la ciudad, con sus propias leyes y valores. El título de la obra, La ciudad y los perros, hace referencia a la existencia de estos dos mundos paralelos, el Colegio y la ciudad de Lima.

La novela comienza con el robo de un examen de química. El estudiante que lleva a cabo el robo había sido seleccionado por “el circulo”, un grupo clandestino de estudiantes liderado por el jaguar. El robo se descubre y uno de los estudiantes delata al culpable, Porfirio Cavas, alias “el serrano” quien es expulsado  del colegio. No le es difícil a los miembros del circulo descubrir quién fue el soplón, y en una práctica militar, “accidentalmente” el soplón, Ricardo Arana, recibe un balazo en la cabeza. Al descubrirse la verdad, que el balazo no fue accidental, las autoridades del colegio deciden cubrir los hechos y dejar en la impunidad el crimen, para no manchar el nombre del colegio.


Escenarios


El escenario principal es el "Colegio militar de Lima" Leoncio Prado, cercano al mar y rodeado de descampados o chacras. La entrada principal del colegio, vigilada por un puesto de guardia, es llamada La Prevención, que es a la vez el nombre de la edificación donde son consignados (castigados con reclusión) los cadetes; cerca se halla un patio exterior donde está la estatua del héroe Leoncio Prado. Desde La Prevención se divisan tres bloques de cemento donde están las cuadras de tercero, cuarto y quinto año. Más adentro se halla un estadio, la pista de atletismo y unas tribunas de madera; también una piscina, ante la cual se alza una construcción sostenida por cuatro columnas, conocida como La Glorieta.

Otros escenarios son los barrios de Lima, donde viven los personajes principales: el distrito de Lince (el Esclavo) y el distrito de Miraflores (Alberto Fernández).

También la calle Huatica en el distrito de La Victoria, sede del burdel más famoso de la capital.

En las historias alternas del Poeta y del Esclavo se mencionan otras arterias principales de Lima: la avenida Nicolás de Piérola, la avenida Alfonso Ugarte, la avenida Salaverry, así como algunas de las principales plazas capitalinas. El escenario de las historias alternas del Jaguar es el distrito de Bellavista y otros sectores del Callao.


Estructura


La novela está dividida:

•          Primera parte, subdividida en ochos capítulos rotulados con dígitos romanos.

•          Segunda parte, igualmente subdividida en ocho capítulos.

•          Epílogo.

A la vez cada uno de los 16 capítulos (además del epílogo) está formado por episodios independientes, que se distinguen gráficamente al estar separadas por espacios en blanco.


Técnica


La trama central y lineal del relato empieza in media res, es decir en plena acción medular de la novela, que se inicia con el robo de las preguntas del examen de química. Sin embargo, el relato en su conjunto no es lineal pues en torno a la trama central se intercalan episodios cronológicamente anteriores, y que están relacionados con la vida de los principales protagonistas (Ricardo Arana el Esclavo, Alberto Fernández el Poeta y un tercero no identificable por el momento, pero que después se descubrirá como El Jaguar).

Esta técnica narrativa es conocida como la de los flashbacks (más popular por su uso en la cinematografía), la cual permite a los lectores conocer mejor a los protagonistas, los lugares y los ambientes en que se formaron. El relato, en su conjunto, se desenvuelve pues en distintas épocas y sitios, pero se avanza simultáneamente, de modo tal que con una múltiple exposición de sucesos se compone el sentido de los hechos de la trama central.


Narradores


Al juego temporal anteriormente mencionado se añaden los diferentes narradores y sus diversas perspectivas. El primer narrador claramente identificable es, "el Poeta", Alberto Fernández, con una perspectiva doble: de una parte su visión “desde fuera”, como narrador objetivo, y de otra la transcripción de su monólogo interior. Otro sería el “Boa”, uno de los cadetes del “Círculo”, quien con ímpetu instintivo y emocional comenta los hechos desde una perspectiva interior, subjetiva, en forma de flujo de conciencia. A veces también el Boa cumple la función del narrador, por ejemplo, en el episodio de la expulsión del serrano Cava. Otra perspectiva “desde fuera” correspondería al Jaguar, quien en primera persona relata su vida previa a su ingreso al colegio, aunque manteniendo enigmática su identidad, que solo se revelará al final.


Estilo


La obra tiene superficialmente rasgos de novela realista, con algunas pocas derivaciones que podrían definirse como costumbristas. Pero bajo los hechos reales subyace un sentido simbolista. También contiene lapsos de notable tono poético en los monólogos interiores.


Personajes Principales


Alberto Fernández, “El Poeta”

Alberto Fernández cursa el penúltimo año en el colegio militar Leoncio Prado, en donde es conocido como “El Poeta” por su destreza para escribir novelitas pornográficas y cartas de amor a cambio de dinero y cigarrillos. Es de tez blanca y vive en el barrio de Miraflores.


Alberto apenas era un niño cuando entró al colegio y venía de una familia desintegrada. Como a la gran mayoría, le costó acostumbrarse al nuevo estilo de vida que le imponía la institución.


El Poeta, al igual que los demás estudiantes leonciopradinos, debe asumir una doble identidad: dentro del colegio, como él mismo declara, debe mostrarse insensible, rudo y hosco, y no siendo un buen peleador, se las ingeniaba para no involucrarse en riñas, de esta manera evitaba que lo “fregaran”, lo que en el lenguaje de los leonciopradinos implicaba desde bromas de mal gusto hasta abusos sexuales. Por otro lado, fuera del colegio con sus amigos miraflorinos, Tico y Pluto, su comportamiento era totalmente diferente: con ellos no tenía que mostrarse insensible o arisco, ya que con ellos no se enfrentaba a situaciones estresantes ni violentas.


A pesar de ser muy diferentes, Alberto llega a convertirse en el único amigo de Ricardo (el Esclavo), sin embargo, se enamora de Teresa, el interés amoroso de Ricardo, demostrando así la poca valoración que le daba en ese entonces a la amistad que mantenía con el Esclavo.


En una práctica de tiros realizada por la institución, Ricardo Arana fallece. Alberto asume que su muerte fue una venganza contra el Esclavo por haber delatado al serrano Cava por el robo de un examen. Luego de lo sucedido Alberto siente la necesidad de encontrar el culpable de la muerte de su amigo, para lograrlo confiesa todos los actos no permitidos dentro del colegio (fumar, beber alcohol, etc.) lo cual le produce una serie de conflictos con el Jaguar.


El Jaguar


Proveniente del distrito chalaco de Bellavista, el Jaguar es un joven de temperamento fuerte, ágil y valiente, cuyo carácter se fue formando por el contexto social bajo en el que se desenvolvía. Al entrar en el colegio militar demuestra su personalidad imponente al no permitir que lo bauticen, rompiendo así con la tradición del alumnado. Él mismo se autodenomina el Jaguar, por su agilidad para esquivar los golpes y su destreza para darlos. A partir de esta denominación, El Jaguar toma la iniciativa de agrupar a sus compañeros en el “Círculo” con el objetivo de imponer un espíritu de lucha y audacia ante la violencia e injusticia en la que vivían.


Dentro de este ambiente El Jaguar juega un rol muy importante, toda la vivencia dentro del Colegio Militar hace que este joven ante cualquier problema que se le presente utilice todos los medios que posee para defenderse. El Jaguar no se rinde ante ninguna situación, mostrando así su sentimiento de superioridad ante los demás; no se deja pisotear por nadie, ejerciendo así el control de poder que tiene ante sus compañeros.

El Jaguar está presente a lo largo de toda la obra, no solo en la trama central ambientada en el Leoncio Prado, sino en diversos relatos que se intercalan a lo largo de ella; pero su identidad no queda clara al principio: es un adolescente que narra en primera persona su vida previa a su entrada al colegio militar, cuando vive con su madre en una modesta casa cerca de la plaza de Bellavista y asiste al colegio 2 de Mayo del Callao; cuenta también sus intentos de enamorar a su vecina, una chica de su edad llamada Teresa, a quien suele visitarla a la salida de su colegio (el Rosa de Santa María); relata también la manera en que, influenciado por malas compañías, termina dedicándose al robo; luego huye de su casa y pasa a vivir con sus padrinos, quienes finalmente lo envían al Colegio Militar. En la última parte de la novela se devela el misterio de este muchacho: se trata del mismo Jaguar, quien así se hace dueño de la historia y termina casándose con Teresa, su amiga y enamorada de infancia. Podríamos así definirlo como el héroe de la novela.


Es por eso que el Jaguar representa al hombre de clase social baja de Latinoamérica quien ante la vida tiene una idea machista y reacciona con violencia ante lo que él cataloga como injusto.


Ricardo Arana, “El Esclavo”.


Es uno de los personajes protagónicos de la novela. Este personaje se caracteriza por su actitud sumisa y dócil, producto de una infancia en la cual las mujeres fueron elemento decisivo. Debido a esto, su padre, un hombre autoritario, decide enviarlo al Colegio Militar Leoncio Prado donde recibe un gran bautizo en presencia de sus amigos y familiares con la intención de que su hijo se convierta en “hombre”.


Dentro de este internado, donde imperaba la ley del más fuerte, Ricardo recibe el sobrenombre de “El Esclavo” ya que toma el rol de víctima ante sus compañeros.


Pese a la pasividad de este personaje, se evidencia también su lado sentimental al demostrar el gran cariño que secretamente guardaba por Teresa, una muchacha que conoció antes de entrar al colegio. Sin embargo, un trágico destino le deparaba al Esclavo, puesto que eventualmente sería asesinado por su némesis, el Jaguar. Este lamentable suceso llegó a ser rápidamente encubierto por las autoridades del plantel, ya que su prioridad era mantener el prestigio de está reconocida institución.


El Esclavo es una representación de las minorías que no encajan en la sociedad, y que por su afán de ser aceptadas, terminan siendo víctimas de abuso.


Teresa


Es el personaje femenino más importante de la novela. El autor nos revela a Teresa como una muchacha complaciente, pulcra y delicada, proyectando así ser un icono de perfección femenil en la vida de los tres personajes principales (El Esclavo, el Jaguar y el Poeta). Llegando a ser el interés amoroso de los mismos en determinadas partes de la obra.


Todos los hombres tienen puntos en común a pesar de las diferencias socio-económicas y culturales y es debido a que están basadas en la propia esencia humana, esto es lo que Mario Vargas Llosa en su libro La ciudad y los perros quiere comunicar por medio de Teresa. Coinciden en anhelar lo que no tienen, en el deseo de ser amados, en la necesidad de espiritualidad, entre otros.


Mario Vargas Llosa resalta la dimensión humana, siendo esta más relevante que lo físico y lo económico. Al mostrar a Teresa como una persona digna y limpia a pesar de estar sumida en la pobreza, recalca que no se pierde la humanidad por la falta de recursos.


Para los protagonistas que se enamoran de Teresa, ella representa lo que ellos tuvieron que dejar para sobrevivir en el colegio militar. Para el Esclavo, la paz que anhelaba tras una vida dura y cruel. Para el Poeta, la inocencia perdida cuando es obligado a entrar al colegio. Y para el Jaguar, la vida doméstica que nunca tuvo.


Al comenzar la obra, el escritor nos relata la obsesión del Jaguar por Teresa y todo lo que hace a causa del amor que siente por ella. De pequeño, este personaje (El Jaguar) siempre ansiaba estar junto a ella, la buscaba para estudiar y la perseguía en su camino al colegio constantemente.


Más adelante, perdiendo de vista al Jaguar aparece El Esclavo. Éste pretendía inocentemente a Teresa. Luego, a causa del Esclavo, El Poeta conoce a Teresa y de igual forma comienza a verla como los otros. Tan perfecta, tan pura (a pesar de saber que era el interés de su mejor amigo). Pero tras la muerte del Esclavo notamos que estas ilusiones afectivas hacia Teresa son desechadas.


Finalmente los caminos de Teresa y del Jaguar se vuelven a juntar. Este, tras abandonar el colegio militar la vuelve a encontrar y le propone matrimonio. Teresa acepta.


Personajes secundarios

“El Boa”


El “Boa”, debido a su actitud feroz y gran fuerza física, es otro de los miembros del grupo selecto de quinto año conocido como “El Círculo”, que está conformado por los matones del colegio. Su apodo, que él detesta, viene de su miembro viril notoriamente desarrollado. Boa también es uno de los narradores de la historia, notoriamente uno de los únicos dos en primera persona.

Boa es el mejor amigo del líder del Círculo, El Jaguar. Boa sigue fielmente a su amigo y cumple todas sus instrucciones a pesar de no siempre concordar con ellas debido a que confía en que la inteligencia y temeridad de su amigo siempre prevalecerá. Es el único que defiende al Jaguar cuando toda el aula acusa a éste de soplón, y termina agarrándose a golpes con el brigadier Arróspide.

Boa considera vital siempre demostrarse brutal y violento debido a que la naturaleza del colegio premia esas cualidades y crea un sistema donde el que no domina es dominado. A pesar de vivir en un universo tan severo y salvaje, Boa tiene una amiga, la perra “Malpapeada” que es la mascota del colegio. Él admira la fidelidad que presenta este animal, convirtiéndose en un escape del mundo en el que se encuentra sumergido, es por eso que su vida gira en torno a ella, como una forma de liberación y transmisión de sensaciones de protección y calor que brinda la inocente criatura. Una interpretación común es que Malpapeada representa al mismo Boa y su relación con la perra es paralela a su relación con El Jaguar, ya que el Boa se mantiene leal y amigable con el Jaguar sin importar qué ocurra o qué abusos este le haga, tal como la Malpapeada hace con el Boa.


Porfirio Cava, "El Serrano"


Porfirio Cava es otro de los integrantes del “Círculo”. Es apodado “el serrano” por ser oriundo de la sierra; también le dicen “el cholo”. Una característica física peculiar suya era que le solían crecer pelos en toda la frente, debiendo afeitarse constantemente, lo que era motivo de la burla de sus compañeros. Después del Jaguar, era el que más batía al Esclavo y a algunos profesores, como a Fontana, el profesor de francés. Era de los pocos alumnos que sentía realmente la vocación militar y su sueño era ser oficial de artillería. A él le encargaron el robo de las preguntas del examen de química, pero en su nerviosismo rompe un vidrio de la ventana por donde entra a cometer la fechoría. Sus amigos del Círculo lo increpan y lo califican de bruto. Delatado por El Esclavo, es degradado públicamente y expulsado, pierde todos los años cursados en el colegio y vuelve a su tierra, en total fracaso. «Los serranos tienen mala suerte, les ocurre lo peor. Es una suerte no haber nacido serrano.», reflexiona el "Boa".


El Teniente Gamboa


El Teniente Gamboa, tutor de la primera sección, es el encargado de que todo fluya de manera correcta. Desarrolla un papel muy importante dentro de la institución puesto que debe ser modelo y ejemplo para los cadetes, y además el primero en corregir cualquier anomalía dentro de dicha institución. Su método de enseñanza se basaba exclusivamente en una severísima disciplina militar, esta actitud siempre hostil le otorga el respeto que necesita para dirigir esta sociedad en la que prevalece la ley del más fuerte. A pesar de ser constantemente cruel con los cadetes, la mayoría de estos (notoriamente el Jaguar) lo respetan y admiran por su valentía e historia de combate. A diferencia de la mayoría de los otros oficiales del colegio, Gamboa es un militar devoto que cree en la disciplina, la jerarquía y el honor del ejército.


Al ocurrir la muerte de Ricardo Arana (el Esclavo), supuestamente a causa de un accidente, Gamboa recibe una confidencia del cadete Alberto Fernández, quien le asegura que en realidad el Jaguar había asesinado al Esclavo. Frente a tal acusación, Gamboa trata de comportarse siguiendo sus principios éticos y realiza un informe sobre el suceso para sus autoridades, pero estas prefieren mantener la tesis del accidente para evitar un escándalo que pudiera comprometerlos a todos. Después de interrogar personalmente al Jaguar, Gamboa se da cuenta que es culpable e insiste en una investigación, lo que causa que lo destituyan y lo envíen a un puesto insignificante en una base olvidada de la ciudad de Juliaca.


Al ver esto, el Jaguar le confiesa que mató al Esclavo y le dice que lo informe a sus superiores para recuperar su carrera, pero Gamboa le dice que ya es demasiado tarde para eso y que en cambio él tiene que cambiar su actitud y «sacarle algún provecho a todo esto». La partida de Gamboa tiene un profundo efecto en el Jaguar, quien se siente culpable por todo y es lo que lo lleva a cambiar el curso de su vida.


"El Rulos"


“El Rulos” es otro de los integrantes del “Círculo”, es decir, de los matones de la primera sección del 5.º año. Particularmente se divierte fastidiando al Poeta y algunos creían que lo hacía por envidia. Cuando toda el aula se abalanza sobre el Jaguar, acusándolo de ser el soplón, El Rulos huye y deja desamparado a su amigo. Por esa razón se enemista con el Jaguar, con quien no vuelve a hablar más.


El Brigadier Arróspide


Arróspide es el brigadier de la sección y junto con el Poeta de los pocos “blanquitos” miraflorinos del Colegio, y los únicos de su sección. Era un estudiante muy dedicado, “un chancón”, por lo que lo eligieron brigadier tres años consecutivos. Es quien encabeza a toda el aula contra el Jaguar, gritándole a coro “soplón”.


“El Negro” Vallano


Vallano es un cadete de origen afroperuano; todos le llaman «el negro», apelativo que en el Perú no es ofensivo a no ser que se diga en un tono despectivo. Se siente orgulloso de lucir el uniforme de cadete en las salidas, pues a decir de él, «el uniforme atraía a las hembritas». Él es quien aconseja a los de su cuadra a visitar a la “Pies Dorados”, la meretriz del jirón Huatica. Suele tener duelos verbales con el Poeta, pero éste le gana siempre.


“Pies Dorados”


“Pies Dorados” es el apelativo de una prostituta que atendía en la zona roja de Lima, el jirón Huatica, del distrito de La Victoria. Era una mujer menuda, de cabellos rubios rizados y de piel muy tersa y clara. Su apodo peculiar derivaba por el hecho de que tenía los pies pequeños, blancos y cuidados. Se convierte en la preferida de los cadetes de la primera sección del 5º año. Cobraba 20 soles y muchos cadetes hacían todo lo posible para juntar esa suma e ir a visitarla los fines de semana, entre ellos el Poeta, que reunía el dinero vendiendo sus novelitas eróticas y escribiendo cartas de amor a pedido. A decir del escritor, la “Pies Dorados” es el único personaje de la vida real que ha sido reproducido fielmente en la novela, comenzando por su apelativo.

Paulino


Paulino, a quien le dicen «el injerto» por parecer un mestizo de japonés, negro y cholo, atendía un kiosco, llamado “La Perlita”, situado cerca del muro posterior del colegio; allí vendía golosinas y bebidas. Se dedicaba también a introducir clandestinamente en el colegio cigarrillos y pisco, mercadería que ocultaba cuidadosamente y que revendía a precio subido. Los fines de semana se reunían en “La Perlita” algunos alumnos para tomar y fumar. Paulino era homosexual y en una de las escenas de la novela se le describe haciendo sexo oral a un grupo de alumnos, con la promesa de dar premios (diez soles y un botellón de pisco) a quienes “duraran” más.


Otros personajes


  • El Capitán Garrido, es el superior inmediato del Teniente Gamboa y su amigo más cercano en el colegio; también es el único que lo apoya en la investigación de la muerte de Arana y el único oficial que lo despide tras su expulsión del colegio. Él es quien encuentra a Ricardo Arana tirado en el cerro y herido por un disparo durante la campaña de práctica. Es descrito así: «… un hombre alto, de piel pálida, algo verdosa en los pómulos. Le decían Piraña porque, como esas bestias carnívoras de los ríos amazónicos, su doble hilera de dientes enormes y blanquísimos desbordaba los labios, y sus mandíbulas siempre estaban latiendo.»
  • El Teniente Huarina. «Pequeño, enclenque, sus voces de mando inspiraban risa, sus cóleras no asustaban a nadie, los suboficiales le entregaban los partes sin cuadrarse y lo miraban con desprecio». Él es uno de los oficiales a cargo de la primera división de quinto año, pero su autoridad es constantemente ignorada en presencia de la del Teniente Gamboa. Es a él ante quien el Esclavo denuncia al serrano Cava como el autor del robo del examen de química, pero Huarina se atribuye él solo el mérito del descubrimiento. Cuando Gamboa es trasladado a Juliaca debido a su insistencia en investigar el supuesto homicidio de Ricardo Arana, Huarina toma su lugar, esperando (y fallando en) ganarse el respeto de los estudiantes.
  • El Suboficial Pezoa, «un mestizo pequeño y musculoso, de grandes fauces carnívoras. Juega muy bien al fútbol y su patada es violentísima». Los cadetes insolentes le apodan “rata”, ya que siempre se encarga (con gran placer) de repartir los castigos a los cadetes. Es el oficial más odiado de todo el colegio.
  • El Suboficial Joaquín Morte, acompaña al suboficial Pezoa.
  • El Teniente de servicio Pedro Pitaluga, amigo y compañero de Gamboa desde los días de la escuela militar.
  • El Comandante Altuna, hombre alto y corpulento; era un personaje «silencioso y huidizo, rara vez se lo veía por las cuadras o las aulas».
  • El Coronel, director del colegio, un hombre bajo y muy gordo, que «tenía los cabellos casi blancos y usaba anteojos; tras los cristales se velan unos ojos grises, hundidos». Es quien convence al Poeta para que desista de su denuncia sobre el supuesto asesinato del Esclavo.
  • El Mayor: segundo al mando, aparece cuando el teniente Gamboa y el Capitán Garrido presentan el parte sobre la muerte del cadete Arana y es el que pasa el informe sobre el comportamiento ante sus superiores sobre el teniente Gamboa.
  • El profesor de Química, un hombre escuálido y cohibido.
  • Fontana, el profesor de francés. Según el mismo autor, este personaje se inspira en el poeta César Moro, que en efecto fue profesor del colegio Leoncio Prado.6 Por sus maneras finas y su voz aterciopelada es calificado como "marica" por los alumnos; los más insolentes le escupen mientras está de espaldas en la pizarra o hacen ruido con hojillas de afeitar mientras da la lección. Fontana soporta estoicamente todo y nunca llama al oficial de guardia para que imponga el orden, a excepción de una sola vez, cuando el teniente Gamboa intervino, experiencia de la que quedó avergonzado.
  • El capellán del colegio, es un cura rubio y jovial, que pronuncia sermones patrióticos, predicando el amor a Dios y a la patria. Sin embargo, no se oponía a las diferentes agresiones que se presentaban en el colegio.
    Debemos también mencionar a los personajes de las historias alternas:

  • Los amigos y familiares del Poeta: sus padres, sus amigos miraflorinos Tico y Pluto, su enamorada Marcela, entre otros.
  • Los amigos y familiares del Jaguar: su madre Domitila, su amigo el flaco Higueras (quien le ingresa al mundo de la delincuencia), sus compañeros ladrones, sus padrinos que le acogen, etc.
  • Los padres del Esclavo Ricardo Arana
    Conclusión 
    En la obra, Mario Vargas Llosa se adentra en la situación social, económica y política de su país. Los personajes de la novela proceden de distintos ámbitos sociales y reflejan el microcosmos de una sociedad —Lima y el Perú de los años 1950— bajo cuya fachada hierven odios y prejuicios de todo tipo, especialmente el racial (“blancos”, “indios”, “cholos” y “negros”, enfrentados entre sí), el regional (costeños, serranos y selváticos) y el socio-económico.
    Se vislumbra también en la obra la animadversión del escritor hacia el militarismo brutal y antidemocrático, en base a la experiencia que tuvo el autor en su adolescencia, basada en el autoritarismo de los sistemas de enseñanza militar y la capacidad de rebeldía ante esos mismos esquemas autoritarios en los años sesenta.  La recreación de esta obra es lo vivido en sus años de escuela que se da en los últimos años de la secundaria.                     
                
    Como fiel escritor de la nueva literatura latinoamericana, Vargas Llosa utiliza un lenguaje crudo y un humor negro para lograr el efecto de crítica que pretende dejar en los lectores. Es evidente que la crítica será, al abuso que era expuesto los cadetes, por los mismos militares, y por los alumnos de grados mayores, y como estos, para poder sobrevivir, debían de recurrir a la violencia, y a la ruptura de las reglas. 
    Su técnica de los "vasos comunicantes", consiste en asociar dentro de una narrativa situaciones que ocurren en tiempos o lugares distintos, para fundirlos y hacer surgir de ellos una nueva vivencia, distinta de la que existiría si se hubieran narrado los episodios por separado. Es por ello que esta obra está contada en diferentes tiempos, que en ocasiones pueden hacer perder al lector lo que había pasado hasta ese momento, aunque le da un característica vanguardista al relato.